TAZRÍA

LEVÍTICO XII:1-XIII:59

SOBRE PUREZA E IMPUREZA EN EL JUDAÍSMO

En la Parashá Sheminí se advierte acerca de los animales que están permitidos y aquellos cuya carne no se debe ingerir. Todo ello está enmarcado dentro del conjunto de leyes acerca de la impureza y pureza ritual, que es el tema fundamental de nuestros capítulos Tazría. El contacto con ciertos animales, especialmente con sus cadáveres, introducía a la persona en un estado de impureza que en la época del Beit HaMikdash se convertía en un impedimento importante. 

Los Kohanim habían sido advertidos de que debían abstenerse de tener contacto personal con el cadáver de un ser humano, que constituye la mayor fuente de impureza. El razonamiento es que el pase de la santidad a la impureza es proporcional, o sea, que el ser que puede adquirir al mayor grado de santidad es el ser que produce la impureza más intensa. Sin embargo, se debe destacar que atender a un fallecido es una Mitsváimportantísima, pese a que las personas que se ocupan del fallecido entran en un estado de impureza. 

En la actualidad, se considera que todos están en un estado de impureza, porque en la ausencia del Beit HaMikdash no se puede remediar esta situación que exige el sacrificio de la Pará Adumá, la vaca bermeja de cuyas cenizas se obtenía el elemento indispensable para la purificación. Esta es una razón adicional que imposibilita la reconstrucción del Beit HaMikdash, actividad que exige la pureza que no se puede obtener en la actualidad. 

Al tomar en cuenta que el entierro de una persona es una Mitsvá, se puede concluir que no existe una prohibición contra la adquisición del estado de impureza ritual. Durante la existencia del Beit HaMikdash se observaban con mucho esmero estas leyes, porque la persona “impura” no tenía acceso al recinto sagrado que era el centro de la actividad ritual del judaísmo. 

Este hecho introdujo divisiones dentro de la sociedad y los eruditos se abstenían de comer en los hogares de los que ignoraban los detalles de la ley, asumiendo que probablemente no habían entregado al Kohén y al Leví la Terumá y el Maasercorrespondientes, o sea, no habían separado un porcentaje de la cosecha para el mantenimiento de quienes dedicaban sus labores al culto.

En la antigüedad, los Esenios cuidaban estas leyes en especial y por ello se mantenían aparte. La Mishná enseña que “las vestimentas” del ignorante eran consideradas impuras para los fariseos, cuyas vestimentas, a su vez, eran impuras para quienes ingieren Terumá, siendo las vestimentas de éstos impuras para quienes ingerían Kódesh, las partes del animal sacrificado que no eran consumidas por el fuego del altar. Incluso las vestimentas de quienes comían Kódesh eran impuras para quienes se ocupaban de las ‘aguas de purificación’.Yosé ben Yoézer era muy piadoso y, sin embargo, su delantal era impuro para Kódesh”. 

La citada Mishná implica que existían niveles de santidad y pureza, que a su vez implican una separación entre los diferentes grupos de la sociedad de la época. En la actualidad, existe un paralelismo con el Kashrut. Se han creado diferentes niveles, los cuales incluyen el famoso Glat Kasher, que quiere decir que nunca hubo duda acerca del kashrut del animal que exigió el fallo del Shojet, quien decide si la carne es apta para el consumo humano.

Según el Talmud, las escuelas de Hillel y Shamai tuvieron serias diferencias con respecto a las leyes de pureza. “Los unos califican de impuros los casos que los otros habían purificado”. Esta discusión tuvo un carácter académico, porque en la práctica intercambiaban los utensilios de cocina. De esta manera, la diferencia de opinión entre estas dos grandes escuelas nunca produjo una división de facto en la sociedad. 

En general, ésta es la actitud del Talmud, que recoge las diferencias de opiniones, aunque la Halajá emite un veredicto que refleja una sola opinión. El judaísmo siempre ha estimulado la divergencia de opiniones en el campo intelectual, pero, al mismo tiempo, ha señalado un camino específico que se debe seguir en el quehacer diario.

MITSVÁ: ORDENANZA DE LA TORÁ EN ESTA PARSHÁ

CONTIENE 5 MITSVOT POSITIVAS Y 2 PROHIBICIONES

166. Levítico 12:2,5 La impureza ritual de la mujer después de dar a luz

167. Levítico 12:4 La persona ritualmente impura no de ingerir Sacrificios Sagrados

168. Levítico 12:6 La ofrenda que trae la mujer después de dar a luz

169. Levítico 13:2 La impureza ritual de la persona que tiene tsaráat (se manifiesta con una erupción en la piel)

170. Levítico 13:33 No cortar el pelo de una lesión nétek (tipo de tsaráat)

171. Levítico 13:45 La persona que tiene tsaráat o cualquiera que puede transmitir impureza ritual a otros, no debería cortar su pelo y dejar sus prendas de vestir rasgadas

172. Levítico 13:47 Leyes pertinentes a tsaráat de prendas de vestir

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