Obama e Israel

 

Obama-Israel FOTOLa reacción del presidente Barack Obama, por algunos pronunciamientos políticos de Binyamin Netanyahu durante los últimos días previos a las elecciones en Israel, destapa profundos sentimientos negativos con respecto a Netanyahu, el pueblo judío y sobre todo por el Estado de Israel. Al menos, así aparenta superficialmente. Inmediatamente después de asumir la presidencia, Obama hizo hincapié en viajar a Egipto para pronunciar un mensaje amistoso a las naciones árabes, mientrasque evitó una visita personal a Israel que dista solo minutos del Cairo.

Se puede argumentar, por otra parte, que el Presidente Obama respondió positivamente a las necesidades de defensa de Israel en el pasado reciente y debe ser felicitado por ello.  Sin embargo, no es posible dejar de lado lo que es sin duda su juicio excesivamente severo acerca de las declaraciones de Netanyahu en el calor de una campaña política para su supervivencia, que según algunas fuentes incluyó una injerencia directa de asesores extranjeros, cuya principal finalidad era el desequilibrio del Primer Ministro.

Es como si por su victoria, Netanyahu estaría desafiando los deseos personales del presidente, quien según algunos, pudo haber sentido celos a causa de la recepción atronadora que el Congreso dio a Bibi cuando habló respondiendo a la invitación de John Boehner, el presidente de la Cámara de Representantes. Son meras conjeturas que no deben oscurecer la reacción de confrontación real de Obama a las afirmaciones de Netanyahu. Parecería que Obama está más ofendido por las palabras que por las acciones de Netanyahu. Por ejemplo, el sonido de alarma que Netanyahu hizo a sus potenciales votantes: “los árabes están saliendo a votar en masa”, también podría haber sido interpretado como una muestra de la democracia presente en un país donde los árabes pueden ejercer libremente su derecho al voto, ejercicio usualmente ausente en otras naciones de la zona.

¿Por qué están los Estados Unidos aliados con Israel? En primer lugar, porque el sistema de valores de Israel coincide con el sistema político y egión. ¿Y qué significa la democracia? Significa que el pueblo de Israel es quien determina su destino. Sus gobernantes gobiernan gracias al consentimiento de sus ciudadanos.

Segundo: Como una democracia, Israel siempre defenderá a los Estados Unidos, líder indiscutible del mundo libre. En una región que cuestiona sus intenciones, donde el liderazgo religioso y político de Irán, el factor de mayor poder de la zona, califica a los Estados Unidos como “el gran Satán” y lo señala como el culpable principal de socavar los valores del Islam, la postura de Israel es refrescante y diametralmente diferente. Israel es un aliado incondicional de Estados Unidos

Tercero: El pueblo judío ha ganado la simpatía y la admiración del público estadounidense porque luchó contra las enfermedades imperantes en el area, se sobrepuso a la falta de agua, y convirtió un trozo de desierto en un jardín floreciente. Creó una sociedad vibrante y libre en medio de un entorno de tiranía y despotismo. Incluso los peregrinos Americanos se identificaron con el pueblo judío cuando equipararon su travesía por el Océano Atlántico con el cruce de los Hebreos por el Mar Rojo cuando escaparon de la esclavitud Egipcia en tiempos bíblicos.

Los estadounidenses reconocen el derecho del pueblo judío de volver a su casa ancestral. Proceso que empezó cientos de años atrás y que culminó en 1947, cuando la Asamblea General de la ONU adoptó la resolución que recomienda la creación de dos Estados independientes: uno Árabe y otro Judío. Es lamentable que después de que Israel declarase su independencia en 1948, los árabes no lo hicieran también, es decir; no proclamaron el establecimiento de un Estado árabe independiente. La realidad fue que fueron gobernados por Jordania hasta 1967.

Obama pidió el derrocamiento del Presidente de Siria, porque lo considera un déspota, un gobernante dispuesto a sacrificar su propio pueblo, cientos de miles de ellos, con el fin de mantenerse en el poder. Obama incluso estableció un “marcador rojo”, una línea en la arena, a saber: el uso de armas químicas desencadenaría una respuesta inmediata de EE.UU. Bashar utilizó armas químicas pero nada sucedió. Obama no cobró su advertencia y, por ello, puso en duda la credibilidad de los Estados en la región. Se nos informa que una respuesta militar no está fuera de consideración si fracasaran las negociaciones entre Irán y las potencias occidentales. Esa eventualidad, después de la falta de respuesta a las armas químicas sirias, probablemente no es tomada en serio ni por los iraníes ni el público americano.

Irán domina ahora varias capitales árabes. Su presencia militar en Irak no puede ser subestimada. Su influencia directa se siente en Siria, Irak, Yemen y Libia. Todo esto ocurre sin que Irán posea capacidad nuclear. Uno sólo puede conjeturar lo que la hegemonía de Irán será una vez que posea un arsenal nuclear.

Sin embargo, el presidente Obama parece estar obsesionado con el proceso de paz palestino-israelí, como si fuera la fuente de toda la agitación en el Medio Oriente.

La “primavera árabe”, el ascenso de ISIS, la alta probabilidad de un Irán nuclear que seguramente va a obligar a países como Arabia Saudita, los Emiratos y Egipto a obtener capacidad nuclear, no tienen nada que ver con el conflicto palestino-israelí. Ni los Ayatolahs iraníes, ni Nouri al-Maliki, el hombre fuerte de Irak, ni Bashar al-Assad, presidente de Siria, parecen estar bajo la constante mira de USA. Últimamente, solo Netanyahu está bajo la lupa de Obama.

Netanyahu tiene razón cuando afirma que no ve la posibilidad inmediata del establecimiento de un estado palestino independiente. Para que dos estados independientes vivan lado a lado, es absolutamente indispensable que las partes del conflicto reconozcan el derecho de existencia de la otra parte, sin reserva alguna. Se requiere poner fin a la demonización de Israel para que se logre un acuerdo de paz. Los niños en edad escolar y los jóvenes palestinos tienen que recibir primero un mensaje totalmente diferente en cuanto a la naturaleza del Estado judío afirmando su derecho a existir al lado de un nuevo Estado palestino independiente.

Para que Israel contemple un Estado palestino independiente, después de ser blanco con miles de cohetes disparados desde Gaza, tiene que darse una declaración clara e inequívoca de Hamas que afirme en el presente y para el futuro, la existencia concreta del Estado de Israel.

La paz representa la voluntad inequívoca del Pueblo de Israel. Israel ha demostrado que el número de kilómetros cuadrados bajo su control no es directamente proporcional al desarrollo vertiginoso de su sociedad. “Start up Nation” es la historia de una sociedad que demuestra que la capacidad del cerebro es de mayor importancia en el mundo actual, muy por encima del tamaño del territorio bajo su control.

Por supuesto que hay grupos que abogan por un Gran Israel, un Israel bíblico que incluye Judea y Samaria, pero ellos constituyen una minoría. Israel es un Estado democrático donde la mayoría determina la política nacional.

Está claro que la actual agitación política y social no constituye una atmósfera propicia para la resolución del conflicto árabe-israelí. Sin embargo, la pelota está en la cancha palestina. Netanyahu ha aclarado su posición: para que el proceso de paz vaya más lejos, los árabes tienen que reconocer Israel como un Estado Judío y renunciar la violencia.

¿Por qué no acorrala Mahmoud Abbas a Bibi? Por qué no se expresa con  claridad acerca de los puntos que señala Netanyahu, y luego todo el mundo sería testigo de cuál es la reacción israelí. Si un Estado árabe independiente es de suma importancia para el pueblo palestino, el mencionado pronunciamiento se cierne como una pequeña contribución para un propósito tan elevado.

La izquierda de Europa manifiesta animadversion, sin sentido, hacia el Estado de Israel, que sólo puede explicarse como una versión moderna del antisemitismo tradicional que demuestra tener un sueño ligero. ¿De qué otra manera podríamos explicar que el segmento progresista no se preocupen más bien de los regímenes que no ofrecen derechos iguales a la mujer, que persiguen a los que tienen una orientación sexual diferente y que perpetúan familias reales en su mando. Tal como el caso de Arabia Saudita, un país que lleva el nombre de una familia que lo gobierna.

Cabe señalar que en todas las guerras con las naciones árabes, desde el punto de vista israelí, la sangre que se derramó fue la israelí. No hubo botas estadounidenses sobre el terreno para defender a Israel. Por otro lado, es imposible exagerar la importancia crucial y decisiva de la ayuda militar concreta americana en todos sus aspectos. Pero vamos a repetirlo, los soldados de infantería y pilotos israelíes, conductores de camiones y tanques israelíes fueron los que murieron víctimas del fuego enemigo.

Leyendo la Historia reciente, nos encontramos con la débil y excesivamente prudente reacción de la comunidad judía estadounidense ante las atrocidades que estaban ocurriendo en Europa y la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Sus protestas habrían tenido mayor fortaleza y vigor de haber existido entonces un Estado judío independiente. No hay duda de que el Estado de Israel ha dado un nuevo sentido de orgullo para el pueblo judío y la comunidad judía norteamericana debe tomar conciencia de este hecho. Sobre todo, para aquellos cuyos ideales liberales están en conflicto con algunas de las políticas de Israel. La Alemania nazi no distinguía entre liberales y conservadores. No se puede comparar a los EE.UU. con la Europa de aquellos tiempos. Por otro lado, el curso de los acontecimientos habría sido diferente en la presencia de un Estado Judío independiente en los años de la Segunda Guerra Mundial.

Hace sesenta años, me presenté como aspirante al puesto de aprendiz de actuario en una pequeña compañía de seguros. No sabía que la posición de actuario estaba vetada a los Judios en aquellos días. No recibí el nombramiento cuando mi entrevistador se enteró que me gradué de Yeshiva College, aunque ya tenía también una maestría de la Universidad de Columbia. Había pasado la prueba escrita que precedió la entrevista, pero cuando mi entrevistador se enteró de la naturaleza judía del College, se dirigió a otra habitación y después de un par de minutos volvió con la noticia: la posición ya había sido copada.

La medicina es por tradición una profesión muy deseable para los Judíos. Sin embargo, por muchos años se impuso una cuota para el número de Judíos en las universidades. La discriminación sigue existiendo en algunos sectores de la sociedad contra Judios, aunque no de manera formal y abierta como en el pasado. Por supuesto, los Judios no son los únicos que son discriminados. Los negros pueden dar testimonio de su cuota de discriminación racial, tal como recientes acontecimientos atestiguan.

La comunidad judía estadounidense debería recordar estos hechos que no pertenecen a un pasado lejano. Mientras que la historia no suele repetirse, se encuentra constantemente al borde de hacerlo.

Israel debe sentirse segura del apoyo de EEUU, no obstante los mensajes constantes e inquietantes de la Casa Blanca. Sería preferible tener el apoyo tradicional de los Presidentes anteriores, pero los EEUU tiene una división clara de poderes y el poder que mejor representa a la sociedad es sin duda el Legislativo donde el apoyo a Israel es contundente y consecuente. La mayoría republicana actual, tanto en el Congreso como el Senado, dan testimonio que el pueblo Americano tiene una opinión independiente que no está dictada por la Casa Blanca.

No hay duda que, la existencia del Estado de Israel, con sus numerosos logros en ciencia y tecnología, incluida la defensa militar, ha creado nuevos sentimientos de honor, respeto y dignidad para el pueblo judío. Y por lo tanto debemos hacer todo lo posible para asegurar su continua vitalidad y segura permanencia en el concierto de las naciones del mundo.