EL DERRAME DE LA SANGRE

Parashá TSAV

La Torá advierte que no se debe ingerir o beber la sangre del animal, pese a que su carne esté permitida. De acuerdo con la explicación de los jajamim, la prohibición se refiere a dam shebeén, la sangre que está a la vista, que se encuentra de manera fluida en la superficie de la carne. Por ello, antes de cocinarla, se debe remojar primero la carne para ablandarlas y cubrirla totalmente con sal, para succionar la sangre que se encuentra en la superficie. Está claro que con este proceso no se elimina la sangre que por dentro está mezclada con la carne del animal. Podríamos concluir, sin embargo, que no existe una prohibición intrínseca en contra de ingerir la sangre: el problema reside en la sangre que está a la vista. Porque la Torá identifica la sangre con el elan vital del ser y probablemente considera que al beber la sangre se estaría ingiriendo la sustancia esencial que otorga el ánimo, la vida propiamente dicha.

De acuerdo con el Gran Rabino de Israel, Avraham Yizhak HaKohen Kook, el alimento permitido para el hombre está en el reino vegetal. El hombre se convirtió en carnívoro después del episodio del Diluvio. El “permiso” para consumir la carne fue una especie de concesión que Dios le otorgó al hombre pecador, cuya actuación inmoral mereció la destrucción del planeta. Incluso Nóaj y su familia, a quienes Dios salvó del Diluvio, reciben un calificativo comedido y limitado por parte de los jajamim, que consideran a Nóaj una persona justa únicamente cuando es comparado con otras personas de su generación. Se estima que, de haber vivido en la época de Avraham, Nóaj no hubiera alcanzado el nivel espiritual del patriarca. Si asumimos con Harav Kook que el permiso para comer carne ocurrió como una concesión a la fragilidad del hombre, se puede concluir que el destino de la Humanidad es retornar al vegetarianismo.

El Talmud sugiere que la persona que actúa como Shojet nutre instintos destructivos. No se puede minimizar la influencia sobre el carácter de la persona que ha de matar un animal; especialmente, si tomamos en cuenta que hay personas que se desmayan en la presencia del Brit de una criatura, ¿cuál podría ser su reacción ante el acto de la Shejitá?

Cabe destacar que una gran parte de las leyes del kashrut se refiere a las carnes permitidas y a la prohibición de mezclar la leche o sus derivados con la carne. Si nos apoyamos en la opinión de Harav Kook, un judaísmo de signo vegetariano eliminaría totalmente este conjunto de leyes que sirve de sostén fundamental para la práctica actual.

Está claro que los seres vivos matan a otros animales para sobrevivir o al menos consumen el producto vivo de la tierra en su manifestación vegetal. Al tratar de diferenciar entre los animales y el reino vegetal, aludiendo que los primeros manifiestan dolor y tal vez tristeza –como un perro que no se mueve del lecho de su amo enfermo–, también se puede aludir que las plantas reaccionan a la música utilizadapara hacerlas florecer.

Según el prisma del judaísmo, el reino animal puede servir de alimento para la Humanidad. Al mismo tiempo, sin embargo, el principio de Tsáar baalei jayim implica que no se debe infligir dolor a un animal. Esta percepción contradictoria, que permite la Shejitá pero que prohibe hacer sufrir al animal, tiene como objetivo la educación moral de la persona. Se puede sacrificar al animal únicamente para sobrevivir, pero no se puede matar por diversión: la caza del zorro con perros adiestrados para perseguirlo, deporte tan apreciado por los lores ingleses, es simplemente una abominaciónsegún la óptica judía.

La Biblia instruye que no se debe permanecer indiferente ante “el derrame de sangre”, eufemismo que denota el asesinato de una persona, y por ello, cualquier evento o situación que se refiere a la sangre es tratado con especial esmero. Cuando se sacrifica un ave y ciertos animales, la sangre que se derrama en este acto debe ser cubierta con tierra, una especie de entierro simbólico del elemento identificado como la fuente de la vida. Pese a que para sobrevivir el hombre tiene que matar, el judaísmo se empeña en minimizar el daño emocional y espiritual que ello puede provocar sobre el individuo.

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One thought on “EL DERRAME DE LA SANGRE

  1. Rabino Brener: Que grata coincidencia leer este comentario suyo en TSAV que se centra en el concepto de la Torah del valor de la vida a mi regreso de Toledo y verificar eso mismo cuando visitamos la zona de la juderia y como esta escrito en letras hebreas en las esquinas de ese territorio la palabra Hyy.

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