ANTISEMITISMO PARA SIEMPRE

La teoría del Chivo Expiatorio

Existe un sin número de teorías y ensayos sobre el antisemitismo. ¿Por qué? Parece ser, que aunque no sea la expresión social, racial y política de odio más antigua, seguramente es la que más ha desafiado el tiempo tal como lo han hecho las pirámides egipcias, cuyo pueblo fue uno de los originadores de este mal.

No obstante que no existe una teoría que sea totalmente satisfactoria, continuamos escribiendo y pensando sobre este tema. ¿Por qué? Porque sostenemos que si realmente entendiéramos este fenómeno lo podríamos enfrentar, luchar contra él, e incluso vencerlo.

Entre todas las teorías que se han ofrecido, personalmente me inclino hacia la que alega que se trata de la búsqueda de un chivo expiatorio. Parece llenar la necesidad de culpar a alguien por las fallas y defectos personales o nacionales. Está claro que la noción de un chivo expiatorio también puede estar asociada con la envidia, los celos, con la característica de ser el “otro” del Judío, y cuántos otros factores adicionales. Sin embargo, me inclino a pensar que la idea de un chivo expiatorio es la mayoritariamente responsable por la constancia de la presencia del antisemitismo.

Esta idea tiene una base en la narrativa bíblica del comportamiento de la primera pareja humana después de desobedecer el instructivo de Dios. Adán argumenta que Eva le dio de comer el fruto del árbol prohibido, y Eva a su vez, culpa a la serpiente. ¿Por qué?

Puede ser que se trata de una característica fundamental de la naturaleza humana. Culpar a otros para evadir responsabilidad. Toda sociedad o entidad nacional tiene que, en algún momento, explicar la razón de un desastre y dar razones por qué no responde a las necesidades básicas de sus miembros. Aunque no se pueda cumplir siempre con todas las necesidades de la sociedad, existe siempre la inclinación de justificar una difícil y triste realidad y por ello resulta muy útil la identificación de un chivo expiatorio.

En el transcurso del día más sagrado del calendario Judío, Yom Kipur, la Biblia introduce la noción de un chivo expiatorio, en realidad dos de ellos, con el propósito de limpiar la falta, mejor dicho justificar el yerro, el error, o el pecado en el lenguaje religioso.

Pareciera ser que la idea del chivo expiatorio forma parte del ADN humano: es la manera natural de justificar equivocaciones, tal como el rápido latido del corazón frente al peligro.

Básicamente, lo que quiero decir es que el antisemitismo no puede ser explicado con categorías racionales. Cualquiera sea su origen, es una realidad desafortunada que continuará acompañándonos en el futuro predecible.

Gastamos energía y pensamiento para investigar los orígenes de fenómenos porque asumimos que si los comprendiéramos mejor, podríamos cambiar su curso, modificar su impacto para que resulten en un mayor bienestar.

La suposición es que si realmente entendiéramos mejor una enfermedad tal como el cáncer, o cánceres, podríamos luchar contra ella de manera más eficiente, y tal vez curarla. Al menos lo hemos hecho con otras enfermedades.

Por otro lado, estudiamos los “agujeros negros” y eventos dentro del cosmos para “entender” mejor el universo y como consecuencia avanzar en la comprensión de la naturaleza de nuestro propio planeta. Forma parte de nuestra curiosidad intelectual, pero nadie ha pensado de que podremos cambiar la órbita del sol, por ejemplo, o impedir la implosión de alguna estrella en nuestra galaxia. Lo que hacemos es investigar para entender mejor el funcionamiento, identificar las reglas o leyes que rigen. Pero nunca, ni por un instante, contemplamos la posibilidad de interferir en el curso de un universo ilimitado.

Aunque las comparaciones tienen uso limitado, pueden ser didácticas. Por el momento, creo que podemos asumir que las pasiones y motores que impulsan al ser humano no pueden ser modificados. Casi tan imposible como cambiar la elíptica órbita de la tierra alrededor del sol. Porque cultura y civilización acarician apenas la corteza del comportamiento humano. Amor y odio, envidia y generosidad, sobrevivencia y sueños son parte necesaria e integral de lo que realmente somos y no pueden alterarse. Permanecerán allí, al menos en un futuro predecible.

Regresemos a nuestro interés inicial, al antisemitismo sustentado por la idea del chivo expiatorio, que sugerimos tiene larga permanencia. Eso no quiere decir que no se debe enfrentar y tratar de modificar sus efectos nocivos. Claro que debemos hacerlo, pero al mismo tiempo recordar, que las victorias serán pasajeras, tal como alguien sentenció: “el antisemitismo no tiene sueño profundo, despierta con frecuencia”.

¿Por qué se transformó la idea del chivo expiatorio en antisemitismo? Tal vez porque los Judíos rehusaron desaparecer dentro del conjunto de las otras naciones de la humanidad después de la destrucción del Estado Judío unos dos mil años atrás.

Los Judíos se negaron a obedecer las leyes y normas de la Historia y Toynbee los calificó como “fósiles de la Historia”. Se regaron por diferentes latitudes y, al mismo tiempo, se negaron a ser asimilados por otras civilizaciones. Le produjeron una especie de “indigestión cultural” a sus anfitriones. Y dado que ya no poseían su propia tierra bajo sus pies, y porque no podían conformar sus propias fuerzas armadas para defenderse, se convirtieron el chivo expiatorio. Eran un blanco fácil e indefenso.

Está claro que se puede incluir en este recetario el odio que las diferentes iglesias Cristianas impulsaron con soporte teológico, que a su vez, convirtió al Judío como el chivo expiatorio. Concepto que ahora quedó consagrado por orden celestial. Una especie de “Góyishe Mitsvá”, una orden religiosa para gentiles.

Como un ilustración, cito a uno de los precursores del Sionismo moderno que era un médico y quien entendió que las raíces del antisemitismo yacían en una anomalía, una enfermedad. El Pueblo Judío estaba enfermo y para sanar tenía que obtener su tierra propia, su nación propia. Muchos pensaron así también, y opinaron que la concretización del ideal Sionista traería la cura para el antisemitismo. Pero esa suposición ha sido comprobada como errónea. El antisemitismo goza de salud e incrementa, crece, no obstante los setenta años transcurridos desde el establecimiento del Estado de Israel.

Otros pensaron que las raíces del antisemitismo se encuentran en la ignorancia y por lo tanto, la cura está en la educación. Pero parece que lo opuesto es lo que ocurre. Una buena educación solo produce mecanismos más eficientes para matar judíos. El pueblo alemán seguramente era uno de los mejores educados en el continente mejor educado, y, sin embargo, ideó “la solución final”: arribar a la meta del antisemitismo con la eliminación física de los judíos.

El antisemitismo se convirtió en más amenazante e industrializado tal como lo demostró el Holocausto. Porque no hace tanto tiempo, en el transcurso de mi vida personal, mi pueblo fue asesinado sistemáticamente sin razón alguna. El asesinato en masa de una tercera parte del pueblo judío por Alemania tuvo el consentimiento de muchos en el mundo y la indiferencia de todos.

No existen acontecimientos o hechos diferentes que conduzcan a pensar que la búsqueda de un chivo expiatorio ha cesado, o que existe alguna otra necesidad humana que esté en juego. Porque el antisemitismo demuestra que desafía al desgaste que el tiempo impone, y no responde a ningún cambio o avance en el desarrollo de la ciencia y el incremento en el cúmulo del conocimiento.

Pero hay un nuevo alguacil en a ciudad! El concierto de naciones tiene un nuevo miembro. Hay una realidad nueva: el independiente Estado de Israel. Aunque es tratado como el “Judío entre las Naciones” que puede servir de chivo expiatorio para los otros pueblos de la Naciones Unidas. Es suficiente analizar numéricamente las resoluciones en contra de este Estado para concluir que hay un estado de anormalidad en la manera cómo se trata a Israel y cómo se trata a las otras naciones.

No obstante que el Estado de Israel obtuvo la aprobación de la Asamblea General de la ONU y fue establecido  con su bendición, continúa cumpliendo la necesidad de tener un chivo expiatorio para que otras naciones puedan justificar su ineficiencia y error.

Pero, esta nueva realidad, el Estado de Israel, tiene fuerzas armadas excepcionales, puede y sabe defenderse. Y no obstante, el antisemitismo que se niega a desaparecer, o el “anti-Israelismo”, Israel continua floreciendo y marcha indeteniblemente hacia delante en los diferentes campos de la economía y la ciencia, para convertirse cada vez más en una potencia que debe ser tomada en cuenta internacionalmente.

El resurgimiento del antisemitismo Europeo, impulsado con mayor energía por la numerosa presencia musulmana, conduce a que muchos Judíos emigren. Y el Estado de Israel se ha convertido en un refugio seguro para ellos.

En los Estados Unidos, donde la reciente masacre en The Tree of Life Syangogue en el área Squirrel Hll de Pittsburgh, evidencia con toda claridad que un antisemitismo, considerado erróneamente sonámbulo, ha despertado. Debe servir como una alarma, un pitazo que todo no está bien para el judío. Uno puedo imaginar la indignante reacción nacional de haber ocurrido esta tragedia en una Iglesia de Negros con el asesino exclamando “muerte a los negros”. Se habría iniciado inmediatamente una marcha de millones ante el monumento de Washington en la capital. Huelgas y amenazas serían el orden del día, porque el asesino se había atrevido a interrumpir un servicio religioso y asesinado a inocentes.

Sin embargo, en el caso de  la masacre de Pittsburgh, algunos comentaristas de la media dieron una interpretación política a lo ocurrido, y de tal manera dejaron de enfocar la brutalidad del crimen. Por razones de ser “correctos de un punto de vista político” se califica al asesino como la “persona que disparó” porque todavía no ha sido juzgado. No se debe olvidar que quien destrozó y mató tiene derechos que toda democracia debe proteger.

Antes del ascenso de Hitler, los judíos alemanes sentían que estaban integrados a la sociedad, ocupaban puestos importantes en el comercio, en las universidades y aportaban al entorno cultural del país. Sin embargo, vino Hitler, hizo lo que hizo, con la sociedad dándole la aprobación o haciéndose la vista gorda, no veían lo que estaba pasando. En las palabras de Godhagen, en realidad eran: ·Hitler’s willing executioners”.

Los Estados Unidos es un país diferente. Al menos, así quisiera pensarlo, porque fue creado por inmigrantes y tiene instituciones democráticas sólidas. Pero, no se debe olvidar que incluso chalecos anti-balas pueden ser perforados.

Repito mi mantra: Agradezco y ruego a Dios a diario por la continua existencia del Estado de Israel, porque recientemente leí la definición de qué es un hogar: “es el lugar donde no pueden negarte la entrada”. Y el Estado de Israel es el hogar del Pueblo Judío.

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