PEKUDEI

ÉXODO XXXVIII:21-XL:38

LA SANTIDAD DEL TIEMPO Y DEL LUGAR

Los últimos capítulos de Shemot concluyen con los instructivos referentes a la construcción del Mishkán en el desierto. Muchos exégetas coinciden en señalar que el Mishkán es una respuesta al pecado del Éguel Hazahav; por un lado, está el reconocimiento que el pueblo necesitaba de un algún elemento tangible para simbolizar su relación con Dios. Por otro lado, el Mishkán servía como un constante recordatorio del Dios que había sido responsable de su liberación de la esclavitud egipcia.

La Torá insiste en recordar que, incluso para una tarea sagrada como la construcción del Mishkán, no se puede violarlas leyes del Shabat. El fin no justifica los medios. Cabe indagar entonces, si acaso el Shabat es más sagrado que el Mishkán. Por ejemplo, no se debe ayunar en Shabat, por lo tanto, si Purimcoincide con un domingo, el ayuno de Ester se celebra el jueves anterior y no el día Shabat que precede a la festividad. En cambio, si Yom Kipur coincide con Shabat, sí se ayuna ese día.

En el Beit HaMikdash, el Korbán Tamid se ofrendaba a diario, incluso en el Shabat, día en el cual había sacrificios adicionales. Tal vez, la razón de la insistencia de no hacer trabajos de construcción del Mishkán en Shabat se debe al hecho de que la estructura fue consagrada solamente cuando fue terminada. Durante el período de construcción carecía de santidad. 

Mientras el Mishkán y luego el Beit HaMikdash representaron la santidad del lugar, el Shabat simboliza la santidad del tiempo. De acuerdo con lo antedicho, no se puede establecer una jerarquía, no obstante, la percepción de que el “tiempo” es más abstracto y, por lo tanto, debería poseer mayor espiritualidad. 

Abraham Joshua Heschel había argumentado que el relato de Bereshit corona la santidad del Shabat como la culminación del proceso de la creación de los primeros 6 días. Será recién en la época del rey David que la ciudad de Jerusalén es consagrada, mientras que la Torá no menciona ella. Al contrario, el texto bíblico reza “En cualquier lugar donde haga mencionar Mi Nombre, llegaré a ti y te bendeciré. 

En cambio, Menahem Ben-Yashar argumenta que Einsteinmostró que el universo tiene cuatro dimensiones: las 3 dimensiones espaciales más la dimensión del tiempo, y el judaísmo no jerarquiza entre ellas. La santidad debe invadir todas las dimensiones. Los Jajamim sostienen que la santidad de Jerusalén se remonta realmente al momento de la creación, al señalar que el universo se originó de la Piedra Fundamental del Beit HaMikdash

Además, sostienen que Adam ofrendó sobre el altar de Jerusalén. Al mismo tiempo se puede argumentar que, aunque la santidad del Shabat fue ordenada como la culminación del proceso de la Creación, su instrumentación recién ocurrió en el desierto con la ordenanza que. prohibió la recolección del maná en ese día.

Ben-Yashar continúa y señala que la primera Mitsvá que recibiera Avraham: “Vete de tu tierra…”, es una referencia a un lugar, “a la tierra que te mostraré”, y no a una coordenada de tiempo. La Biblia es un texto de historia y geografía, tiempo y lugar, festividades y tierra sagradas. Se obtiene, tal vez, el mayor grado de santidad cuando el Kohén Gadol ingresa al lugar más sagrado, el Kódesh HaKodashim del Beit HaMikdash, en el día más sagrado: Yom Kipur. De cierta manera es una visita renovada al monte Sinaí, tal como Moshéno comió ni bebió; de igual manera, el Kohén Gadol y el pueblo se abstienen de ingerir alimentos en ese día.

Una diferencia estructural entre los conceptos “tiempo” y “lugar” hace que la balanza se incline a favor del tiempo. El largo exilio del pueblo judío impidió que Jerusalén continuara siendo el centro del culto. Sin embargo, la noción del tiempo, las festividades y el horario de las plegarias, siempre los acompañó. Mientras que el lugar es fijo, por naturaleza, el tiempo es transportable. 

Mientras que el Beit HaMikdash tiene una ubicación única, la sinagoga se erige automáticamente en cualquier lugar donde se hace presente el Minyán. La nostalgia por la tierra ancestral durante el largo exilio fue una expresión adicional del sentimiento de estar “incompleto”, por la ausencia del concepto de “lugar” en la tradición judía durante los últimos dos milenios. El Estado de Israel ha devuelto la noción de Shalom, “estar entero”, no tan sólo desde un punto de vista político y nacional, sino desde el prisma espiritual que siempre fue una parte indivisible de la esencia del judaísmo.

PEKUDEI

EXODUS XXXVIII:21-XL:38

THE SANCTITY OF TIME AND PLACE

The last chapters of Shemot conclude with instructions concerning the construction of the Mishkan (Tabernacle) in the desert. Many exegetes agree that the Mishkan is a response to the sin of the Egel Hazahav (Golden Calf), an admission that the people needed some tangible element to symbolize their relationship with God. On the other hand, the Mishkan served as a constant reminder of the God who had been responsible for their deliverance from Egyptian bondage.

The Torah (Pentateuch) insists on remembering that, even for a sacred task such as the construction of the Mishkan, one cannot violate the laws of Shabbat. The end does not justify the means. It is worth inquiring, then, whether Shabbat is holier than Mishkan. For example, one should not fast on Shabbat, so if Purim falls on a Sunday, Esther‘s fast is celebrated on the Thursday before and not on the Shabbat that precedes the holiday. On the other hand, if Yom Kippur coincides with Shabbat, the fast is held on that day.

In the Beit HaMikdash (Temple of Jerusalem),the Korban Tamid (daily sacrifice) was offered even on Shabbat, when there were additional sacrifices. Perhaps, the reason for the insistence on not doing construction work on the Mishkan on Shabbat is because the structure was consecrated only when it was completed. During the period of construction, it lacked sanctity. 

While the Mishkan and then the Beit HaMikdash represented the sanctity of the place, Shabbat symbolizes the sanctity of the time. In accordance with the above, a hierarchy cannot be established, however, the perception that “time” is more abstract and, therefore, should possess greater spirituality. 

Abraham Joshua Heschel had argued that the Bereshit account  crowns the sanctity of Shabbat as the culmination of the creation process of the first 6 days. It was only in the time of King David that the city of Jerusalem was consecrated, while the Torah does not mention it. On the contrary, the biblical text reads, “Wherever I make My Name mentioned, I will come to you and bless you. 

Instead, Menahem Ben-Yashar argues that Einstein showed that the universe has four dimensions: the 3 spatial dimensions plus the time dimension, and Judaism does not hierarchize between them. Holiness must pervade all dimensions. The Chachamimargue that the sanctity of Jerusalem goes back to the time of Creation, noting that the universe originated from the Foundation Stone of the Beit HaMikdash

Further, they maintain that Adam offered a sacrifice on an altar in Jerusalem. At the same time, it can be argued that, although the sanctity of Shabbat was ordained as the culmination of the process of Creation, its implementation only occurred in the wilderness with the ordinance that forbade the gathering of Man(manna) on that day.

Ben-Yashar goes on to point out that the first Mitzvah (religious instruction) that Avraham (Abraham) received, “Leave your land…”, is a reference to a place, “to the land that I will show you”, and not to a time coordinate. The Bible is a text of history and geography, time and place, sacred holidays and land. Perhaps the highest degree of holiness is attained when the Kohen Gadol (High Priest) enters the holiest site, the Kodesh HaKodashim of the Beit HaMikdash, on the holiest day: Yom Kippur. In a way, it is a renewed visit to Mount Sinai, just as Moshe (Moses) did not eat or drink; likewise, the Kohen Gadoland the people abstain from food on that day.

A structural difference between the concepts of “time” and “place” tipped the scales in favor of time. The long exile of the Jewish people prevented Jerusalem from continuing to be the center of worship. However, the notion of time, festivities, and the timing of prayers always accompanied them. While place is fixed, by nature, time is transportable.

While the Beit HaMikdash has a unique location, the synagogue automatically stands anywhere the Minyan (the necessary 10 males) is present. Nostalgia for the Ancestral Land during the long exile was a further expression of the feeling of being “incomplete,” for the absence of the concept of “place” in Jewish tradition over the past two millennia. The State of Israel has restored the notion of Shalem, “wholeness,” not only from a political and national point of view, but from the spiritual prism that has always been an indivisible part of the essence of Judaism.

VAYAKHEL

ÉXODO XXXV:1-XXXVIII:20

LA PRESENCIA DE DIOS

Los detalles de la construcción del Mishkán, el Tabernáculo que acompañó al pueblo hebreo durante su larga travesía por el desierto, están contenidos en muchos capítulos de la Torá, y también son el tema de esta sección. Empezando con la Parashá Terumá, donde se lee: “Y me harán un Santuario para que pueda residir entre ellos”, se ha creado el debate acerca del significado de la expresión “residencia” de Dios en un santuario. Avigdor Hurovitz hace un recuento de las diferentes interpretaciones de los exégetas. 

De acuerdo con Saadiá Gaón, el versículo puede ser leído como: “Y me harán un santuario y haré que ‘Mi Gloria’ esté entre ellos”. Abarbanel ofrece una explicación detallada: “Y me harán un Santuario… de tal manera que ‘Mi Presencia’ será sentida entre ellos, tal como aparecí ante sus ojos en el monte Sinaí como la Gloria del Señor, un fuego que consume y una nube que envuelve”.

Rashí lo interpreta así: “Para la Gloria de Mi Nombre, hagan un lugar de santidad”. De acuerdo con Ibn Ezra: “Se llamó un santuario porque era el lugar de residencia del Nombre Sagrado”. Efectivamente, leemos en un capítulo posterior: “Y cubrió la nube la ‘Tienda del Encuentro’ (Óhel Moed) y la gloria del Eterno colmó el Mishkán. Y Moisés no pudo entraren la ‘Tienda del Encuentro’ al posarse sobre ella la nube, pues la gloria del Eterno llenaba el Mishkán”. De acuerdo con estos versículos, la Presencia de Dios invadió totalmente el recinto sagrado, de tal manera que impidió el acceso de Moshé

Lo mismo ocurrió siglos más tarde con el Beit HaMikdash, el Templo del rey Shelomó. Se puede deducir de lo antedicho que la “Presencia” o la “Gloria” de Dios no son vocablos alusivos o abstractos; se trata tal vez de una especie de “energía espiritual” que tiene consecuencias en el ámbito material, porque ocupa “espacio” y no permite que otra cosa se introduzca en el mismo.

Al tener un encuentro con Dios, Moshé sale del Óhel Moed con una cara “radiante” (karán or panav), hecho que Miguel Ángel, en su famosa estatua de Moisés, tradujo en los “cuernos” que colocó sobre su cabeza. Resultado de una equivocada interpretación de la raíz hebrea “krn” que quiere decir un “rayo de luz”, pero que también puede ser traducida como “cuerno”. 

De todas maneras, por haber estado en la “Presencia” de Dios, Moshé adquiere el reflejo de la “radiación” que emana de la Deidad. En otras palabras, un “encuentro” con Dios produce no sólo una transformación espiritual, sino que tiene una secuela física visible. Incluso después de la revelación en el monte Sinaí, Moshé se dirige al pueblo y exclama: “El Señor, nuestro Dios, acaba de mostrarles su Presencia majestuosa (kevodó vegodló) y escuchamos Su voz desde el fuego”, tal como si se pudiera percibir física o visualmente a la Divinidad. 

El Salmista exclama: “Los cielos, son los cielos del Señor y ha cedido la tierra a los hijos del hombre”, con una clara alusión que Dios reside en el cielo, en la infinitud del espacio. Por otro lado, cuando el rey Shelomó inauguró el Beit HaMikdash, en un principio exclamó: “He construido para Ti una Casa majestuosa, un lugar donde puedes residir por siempre”. Pero después de la introducción del Arca en el Templo, Shelomóafirmó: “¿Acaso Dios residirá en la tierra? Si los confines de los cielos no pueden contenerlo, menos aún la Casa que he construido”. Continúa luego con la plegaria porque Dios mire desde su “residencia” en el cielo hacia el Templo, revelando así que Dios realmente no se encuentra en el Beit HaMikdash

Encontramos en la Torá que Moshé escuchó la voz de Dios que provenía desde los kerubim que adornaban la tapa de oro macizo del Arca. Rashí explica que la voz de Dios realmente venía desde las alturas y que ‘reverberaba’ en los oídos de Moshé, quien se encontraba de pie entre los dos kerubim

Están aquellos que consideran que la Presencia de Dios está circunscrita al recinto sagrado; un segundo veredicto postula la imposibilidad de “contener” a Dios, y por ello, la imposibilidad de fijar Su ubicación a un lugar determinado. 

En una visión, el profeta Yeshayahu describe una posición intermedia: Dios sentado sobre un trono elevado en el Templo, mientras que los serafim afirman que la gloria de Dios colma la tierra. En otro capítulo, Yeshayahu testimonia la palabra de Dios: “El cielo es Mi trono y la tierra Mi escabel. ¿Dónde podrás construir una Casa para Mí y qué lugar Me puede servir de residencia? Otro versículo reza: “Los traeré a Mi montaña sagrada y se regocijarán en Mi Casa de Oración”

Cabe destacar que durante la inauguración del Segundo Beit HaMikdash, no hubo mención de la introducción de la gloria de Dios en el Templo. Esta vez sólo hubo la referencia a los korbanot, los sacrificios. Tal vez, la ausencia de la gloria de Dios revela una percepción acerca de la Presencia de Dios en todo lugar, y no circunscrita a un recinto específico. Por ello, dice Hurovitz, adquiere sentido la noción de la Sinagoga, una Casa de Dios que puede ser construida en cualquier lugar, hecho que permitió que tuviera continuidad el judaísmo después de la destrucción del Beit HaMikdash. Sin embargo, existen lugares y objetos sagrados que invitan la Presencia de Dios. Al recitar Birkat Hamazón, al elevar la oración en el entorno de un Minyán, se hace presente la Shejiná, se “siente” a Dios.

MITSVÁ: ORDENANZA DE LA TORÁ EN ESTA PARSHÁ

CONTIENE 1 PROHIBICIÓN

114. Éxodo 35:3 Una corte no deberá ejecutar la pena capital en Shabat

VAYAKHEL

EXODUS XXXV:1-XXXVIII:20

THE PRESENCE OF GOD

The details of the construction of the Mishkan, the Tabernacle that accompanied the Hebrew people during their long journey through the desert, are contained in many chapters of the Torah, and are also the subject of this section. Beginning with Parsha Terumah, which reads, “And they will make me a sanctuary so that I may reside among them,” a debate has been created about the meaning of God’s expression “residence” in a sanctuary. Avigdor Hurovitz recounts the different interpretations of the exegetes. 

According to Saadiah Gaon, the verse can be read as: “And they will make me a sanctuary and I will make ‘My Glory’ among them.” Abarbanel offers a detailed explanation: “And they will make me a Sanctuary… so that ‘My Presence’ will be felt among them, just as I appeared before their eyes on Mount Sinai as the Glory of the Lord, a consuming fire and an enveloping cloud.”

Rashi interprets it this way: “For the glory of My Name, make a place of holiness.” According to Ibn Ezra: “It was called a shrine because it was the dwelling place of the Holy Name.” Indeed, we read in a later chapter: “And the cloud covered the ‘Tent of Meeting’ (Ohel Moed) and the Glory of the Lord filled the Mishkan. And Moses could not enter the ‘Tent of Meeting’ when the cloud rested on it, for the Glory of the Eternal filled the Mishkan.” According to these verses, the Presence of God totally invaded the sacred precinct, in such a way that it prevented Moses from entering

The same thing happened centuries later with the Beit HaMikdash, the Temple of King Shelomo. It can be deduced from the above that the “Presence” or the “Glory” of God are not allusive or abstract words; It is perhaps a kind of “spiritual energy” that has consequences in the material realm, because it occupies “space” and does not allow anything else to enter it.

Having an encounter with God, Moshe (Moses) leaves the Ohel Moed with a “radiant” face (karan or panav), a fact that Michelangelo, in his famous statue of Moses, translated into the “horns” he placed on his head. The result of a misinterpretation of the Hebrew root “krn” which means a “ray of light”, but which can also be translated as “horn”. 

However, by being in the “Presence” of God, Moshe acquires the reflection of the “radiation” emanating from the Deity. In other words, an “encounter” with God produces not only a spiritual transformation, but also has a visible physical aftermath. Even after the revelation on Mount Sinai, Mosheaddresses the people and exclaims, “The Lord, our God, has just shown you His majestic Presence (kevodo vegodlo) and we hear His voice from the fire,” as if the Divine could be perceived physically or visually. 

The Psalmist exclaims: “The heavens are the heavens of the Lord, and he has given the earth to the children of man,” with a clear allusion that God resides in heaven, in the infinity of space. On the other hand, when King Shelomo inaugurated the Beit HaMikdash, he initially exclaimed, “I have built for You a majestic House, a place where You can reside forever.” But after the introduction of the Ark into the Temple, Shelomo said, “Will God reside on earth? If the confines of the heavens cannot contain it, still less the House I have built.” He then continues with the prayer that God will look from his “residence” in heaven toward the Temple, thus revealing that God is not really in the Beit HaMikdash

We find in the Torah that Moshe heard the voice of God coming from the keruvim that adorned the solid gold lid of the Ark. Rashi explains that God’s voice really did come from on high and that it ‘reverberated’ in the ears of Moshe, who was standing between the two keruvim

There are those who consider that the Presence of God is circumscribed to the sacred precinct; a second verdict postulates the impossibility of “containing” God, and therefore, the impossibility of fixing His location to a certain place.

In one vision, the prophet Yeshayahu describes a middle position: God sitting on a throne raised in the Temple, while the Seraphim claim that God’s glory fills the earth. In another chapter, Yeshayahu testifies to God’s word: “Heaven is My throne and earth is My footstool. Where can you build a house for Me, and what place can I live in? Another verse reads, “I will bring you to My holy mountain and you will rejoice in My House of Prayer.”

It should be noted that during the inauguration of the Second Beit HaMikdash, there was no mention of the introduction of God’s Glory into the Temple. This time there was only the reference to the Korbanot, the sacrifices. Perhaps, the absence of God’s Glory reveals a perception of God’s Presence everywhere, and not confined to a specific enclosure. For this reason, says Hurovitz, the notion of the synagogue, a house of God that can be built anywhere, a fact that allowed Judaism to continue after the destruction of the Beit HaMikdash, makes sense. However, there are sacred places and objects that invite the Presence of God. By reciting Birkat HaMazon, by raising the prayer in the surroundings of a Minyan, the Shechinah is present, God is “felt”.

MITZVAH: ORDINANCE OF THE TORAH IN THIS PARSHA

CONTAINS 1 PROHIBIITON

114. Exodus 35:3 A court shall not execute capital punishment on Shabbat.

KI TISÁ

ÉXODO XXX:11-XXXIV:35

CONTRASTE ENTRE MOSHÉ Y AHARÓN

El primer tema de estos capítulos se refiere al censo que se realizó después del episodio del Éguel Hazahav, el becerro de oro que los hebreos adoraron cuando Moshé tardó más de lo anticipado en descender del Har Sinai. El relato bíblico continúa con el instructivo dirigido a Moshé para que elabore un receptáculo de cobre que será utilizado para el lavado de las manos y los pies de los Kohanim

La Torá especifica luego cuáles son las especies necesarias para el culto en el Mishkán, siendo uno de ellos Mor Deror, el mirto puro. Esta especie es considerada por el Talmud como una alusión a Mordejai, el héroe de la historia de Purim. De acuerdo con el Rav (Rabbi Josepha B. Soloveitchik) cuando el Talmudcuestiona: Mordejai minHaTorá minayin y responde con Mor Deror, la utilización de un elemento que será utilizado en el Mishkán es para señalar su participación en la reconstrucción del segundo Beit HaMikdash

El episodio del Éguel Hazahav tuvo 4 protagonistas: Dios, el pueblo judío, Aharón y Moshé. La aparente complicidad de Aharón quien intentó apaciguar el ánimo del pueblo seguramente le causó mucha angustia a Moshé, porque de acuerdo con las características de personalidad que la Torá le atribuye, probablemente nunca hubiera cedido a la petición del pueblo.

Mientras que Aharón se aproximaba al pueblo y se identificaba con sus retos y angustias, Moshé luce como un personaje aparte, más cercano a lo celestial que a lo terrenal. En este sentido, explica Rashí la diferencia entre lehaazín y lishmoa, sinónimos del verbo escuchar. Por estar más cercano al cielo Moshé se expresa con Haazinu haShamáyim, mientras´que Yeshayahuafirma Shim’í shamáyimLehaazín quiere decir escuchar de cerca, mientras que lishmoa implica cierta distancia entre las partes.

De acuerdo con Ibn EzraMoshé es educado en el palacio del faraón, porque desde un prinicipio tenía la postura de un príncipe, para convertirse en el Mélej, el rey del pueblo hebreo. Moshé es único, no hay otro personaje similar en la Biblia. Con la excepción de los relatos del Midrash se desconoce las características de sus hijos, simplemente desaparecen del relato bíblico. Moshé luce como un ser solitario en el universo terrenal porque se sentía más afín con el mundo del espíritu. Fue el único personaje que habló con Dios “cara a cara”. 

La muerte de Moshé antes de la conquista de la Tierra Prometida señala el término de su trayectoria aunque sus logros dejaron una huella por siempre. El caso de Aharón es muy diferente. Siempre se sintió cercano al pueblo y tal vez por ello, comprendió sus debilidades. Además, Aharón es el patriarca de todos los Kohanim que siempre oficiarán en el Beit HaMikdashy serán los maestros del pueblo. Incluso hasta el presente, los hijos de Aharón son los protagonistas de ciertos ceremoniales y tienen preferencia en los rituales de la sinagoga. 

 El culto de Yom Kipur tiene como tema central las actividades del Kohén Gadol en el Beit HaMikdashAharón también era un profeta, una persona con penetrante visión para comprender el sentido de la historia. Serán sus descendientes, los Jashmonaimque se rebelarán contra los sirios helenizados para devolver al Beit HaMikdash su gloria anterior y dar inicio a un par de siglos de liberación nacional hasta la destrucción de la Casa de Dios perpetrada por los romanos en el año 70.

Tal vez el liderazgo del pueblo exigió una simbiosis de ambas posiciones. Por un lado, la aparente inflexibilidad de Moshé, indispuesto a cualquier compromiso o alteración de la Voluntad de Dios y por otro lado está la personalidad de Aharón que intuye la debilidad intrínseca del ser humano, su disposición al pecado, pero al mismo tiempo su capacidad de regeneración. La posibilidad de la Teshuvá que aparece como una realidad en la historia del primer hombre Adam. Mientras que Moshédesaparece del escenario, Aharón vive a través de su descendencia, porque solamente gracias a su comprensión y empatía por la fragilidad humana existe la posibilidad de la redención final.

MITSVÁ: ORDENANZA DE LA TORÁ EN ESTA PARSHÁ

CONTIENE 4 MITSVOT POSITIVAS Y 5 PROHIBICIONES

105. Éxodo 30:13 Dar anualmente la mitad de un shékel(moneda)

106. Éxodo 30:19-20 Lavarse las manos y los pies cuando sirviendo en el Templo

107. Éxodo 30:25 Elaborar aceite para unción

108 ​Éxodo 30:32 La persona que no está autorizada no debe derramar sobre sí aceite de unción

109 ​Éxodo 30:32 No elaborar aceite de unción que no ha sido autorizado de acuerdo con la fórmula

110. Éxodo 30:37 No elaborar incienso que no ha sido autorizado de acuerdo con la fórmula

111. Éxodo 34: 12,15 Ni comer ni beber de la ofrenda para un ídolo

112. Éxodo 34:21 Permitir que la tierra descanse en el año de Shemitá (séptimo año)

113. Éxodo 34:25 No comer carne y leche que han sido cocinados juntos

KI TISA

EXODUS XXX:11-XXXIV:35

CONTRAST BETWEEN MOSES AND AARON

The first theme of these chapters concerns the census that took place after the episode of the Egel Hazahav, ”Golden Calf” that the Hebrews worshipped when Moshe (Moses) took longer than anticipated to descend from Har Sinai (Mount Sinai). The biblical account continues with instructions to Moshe to make a copper receptacle that will be used for washing the hands and feet of the Kohanim (Priests).

The Torah (Pentateuch) then specifies which species are necessary for worship in the Mishkan (Tabernacle) one of them being Mor Deror, pure myrtle. This species is considered by the Talmud to be an allusion to Mordechai, the hero of the Purimstory. According to the Rav (Rabbi Josepha B. Soloveitchik) when the Talmud asks: Mordechai minHaTorah minayin and responds with Mor Deror, the use of an item that will be used in the Mishkan is to signal his involvement in the rebuilding of the Second Beit HaMikdash

The episode of the Egel Hazahav had 4 protagonists: God, the Jewish people, Aharon (Aaron) and Moshe. The apparent complicity of Aharon who tried to appease the mood of the people surely caused much anguish to Moshe, because according to the personality characteristics that the Torah attributes to him, he probably would never have yielded to the request of the people.

While Aharon approached the people and identified with their challenges and anxieties, Moshe looks like a person who isseparate, closer to the heavenly than to the earthly. In this sense, Rashi explains the difference between Lehaazin and Lishmoa, synonyms of the verb to listen. Because he is closer to heavenMoshe expresses himself with Haazinu haShamayim, while Yeshayahu affirms Shim’i ShamayimLehaazin means to listen closely, while lishmoa implies a certain distance between the parties.

According to Ibn EzraMoshe was educated in the palace of Pharaoh, because from the beginning he had the posture of a prince, to become the Melech, the king of the Hebrew people. Moshe is unique, there is no other similar character in the Bible. Except for the Midrash accounts, the characteristics of their children are unknown, they simply disappear from the biblical account. Moshe seems like a solitary being in the earthly universe because he felt more akin to the spirit world. He was the only person who spoke to God “face to face.” 

Moshe’s death before the conquest of the Promised Land marks the end of his career, although his accomplishments left a mark forever. Aharon’s case is very different. He always felt close to the people and perhaps because of this, he understood their weaknesses. In addition, Aharon is the patriarch of all the Kohanim who will always officiate at the Beit HaMikdash and be the teachers of the people. Even up to the present, the sons of Aharon are the protagonists of certain ceremonies and have preference in the rituals of the synagogue. 

The Yom Kippur service has as its central theme the activities of the Kohen Gadol at the Beit HaMikdashAharon was also a prophet, a person with penetrating vision to understand the meaning of history. It will be the descendants of the Kohanim, the Chashmonaim who will rebel against the hellenized Syrians to restore the Beit HaMikdash to its former glory and usher in a couple of centuries of national liberation until the destruction of the House of God perpetrated by the Romans in 70 of the common era.

Perhaps the leadership of the people demanded a symbiosis of both positions. On the one hand, the apparent inflexibility of Moshe, opposed to any compromise or alteration of the Will of God, and on the other hand, there is the personality of Aharonwho intuits the intrinsic weakness of the human being, his understanding of the weakness of the people, but at the same time their capacity for regeneration. The possibility of Teshuvah (repentance) appears as a reality in the story of the first man Adam. While Moshe disappears from the stage, Aharon lives on through his offspring, because it is only through his understanding and empathy for human frailty that there is the possibility of final redemption.

MITZVAH: ORDINANCE OF THE TORAH IN THIS PARSHA

CONTAINS 4  POSITIVE MITSVOT AND 5 PROHIBITIONS

105. Exodus 30:13 Give half a shekel (coin) annually.

106. Exodus 30:19-20 Washing hands and feet when serving in the Temple.

107. Exodus 30:25 making anointing oil.

108 ​Exodus 30:32 A person who is not authorized should not pour anointing oil on himself.

109 ​Exodus 30:32 Do not make anointing oil that has not been authorized according to the indicated formula.

110. Exodus 30:37 Do not make incense that has not been authorized according to the indicated formula.

111. Exodus 34:12,15 Neither eat nor drink of the offering for an idol.

112. Exodus 34:21 Allow the land to rest in the year of Shemitah(seventh year).

113. Exodus 34:25 Do not eat meat and milk that have been cooked together.

TETSAVÉ

ÉXODO XXVII:20-XXX:10

LA DEPENDENCIA DEL COLECTIVO

Existe una imprecisión en los capítulos anteriores acerca de quién tenía que hacer qué en la construcción del Mishkán ysus diferentes elementos del culto. En muchas ocasiones, la Torá afirma Veasitá, “Y harás”, instruyendo a Moshé para que se encargara directamente de la elaboración de un objeto, como en el caso de los listones de madera que atravesaban las argollas del Arón para trasladarlo. Incluso la elaboración del Kapóret, la tapa maciza de oro que reposaba sobre el Arón y en cuyos extremos se encontraban los Keruvim, recayó sobre Moshé.

La primera frase de nuestra sección bíblica empieza con el instructivo: Veatá tetsavé, “Y tú (Moshé) instruirás” a los hijos de Israel a fin de que le traigan aceite puro de olivo para que alumbre la luz eterna, ubicada al otro lado del Parójet, la cortina que separaba al Kódesh HaKodashim, el lugar más sagrado del Mishkán. Mucho se ha dicho y escrito acerca de la ausencia del nombre de Moshé en nuestros capítulos, que se puede atribuir al hecho de que es la figura central en la construcción y elaboración del Mishkán, haciendo innecesario nombrarlo. Además, su nombre no aparece debido a la división de las parshiyot que se leen semanalmente, la cual no está contemplada explícitamente en el texto de la Torá.

Hay una tradición que afirma que, dado que Moshe dijo en una oportunidad Mejeni na misiferjá asher katavta,“bórrame del Libro que has escrito”, cuando frente a la posibilidad de la destrucción del pueblo hebreo, debido a esas palabras, su nombre no aparece en esta sección.

En efecto, de acuerdo con otra tradición igualmente antigua, la Torá se leía en un ciclo de 3 años que era totalmente diferente a la división en 54 secciones semanales utilizada en el presente. De acuerdo con los Jajamim, Dios tuvo que mostrar un ejemplar celestial de la Menorá, porque Moshé tenía dificultades con su elaboración. En el caso del lavabo de cobre que utilizaron los Kohanim, está claro que Moshé se ocupó de su fabricación. 

Cabe destacar que el pueblo participó en la casi totalidad de la construcción del Mishkán y sus enseres. Y por ello, tal vez, no aparece el nombre de Moshé, para no identificar su persona con el trabajo de manera exclusiva. El Mishkán fue el producto del esfuerzo de Benei Israel, el colectivo que salió de Egipto y que ahora encontraba su destino espiritual, afirmaba la existencia de un solo Dios, cuya presencia terrenal estaba simbolizada por el Mishkán.

Más aún, los Jajamim, cuidadosos ante posibles interpretaciones erróneas, manifestaron que Dios no habitaba en el recinto del Mishkán sino en el seno del pueblo. Así interpretaron el versículo Veasú Li Mishkán veshajantí betojam, “Me harán un Tabernáculo y residiré entre ellos”. Sale a relucir un principio fundamental. Mientras que en Egipto el culto estaba en manos exclusivas del sacerdocio, que celosamente guardaba el secreto de cómo preservar el cuerpo de un difunto, en el judaísmo se exhiben todos los detalles de los sacrificios que realizarán los Kohanim. En el caso de la construcción del recinto sagrado y sus pertenencias, el pueblo entero, los hombres y las mujeres tienen una participación directa en su elaboración. 

Lo antedicho es una demostración adicional de una característica del judaísmo que impone el cumplimiento de la Ley a todos sus integrantes. Aunque durante la existencia del Mishkán y del posterior Beit HaMikdash la tribu de Leví tenía obligaciones particulares, en la actualidad no existe obligación alguna diferente para un líder religioso. El pueblo entero, sin distingo, tiene que vivir de acuerdo con la letra y el espíritu de la Ley.

El judaísmo nunca dependió de la suerte de su liderazgo. Cada persona puede dirigir el rezo y leer públicamente la Torá, después de la indispensable preparación para hacerlo. No se requiere de título o personalidad jurídica o religiosa para conducir el culto. Por ello, no obstante, las persecuciones y matanzas perpetradas durante siglos, el judaísmo pudo recuperar su rumbo y destino, que son una función de su fe en Dios y la posibilidad de profundizar en las enseñanzas de la Torá.

MITSVÁ: ORDENANZA DE LA TORÁ EN ESTA PARSHÁ

CONTIENE 4 MITSVOT POSITIVAS Y 3 PROHIBICIONES

98.  Éxodo 27:20 Preparar las luminarias de la Menorá(candelabro)

99. Éxodo 27:41 Los Kohanim (sacerdotes) deben prendas especiales

100. Éxodo 28:28 No debe separarse el pectoral (Joshen) del delantal (Efod

101. Éxodo 28:32 No desgarrar el delantal (Efod)

102. Éxodo 29:33 Comer la carne de la ofrenda de expiación (Jatat) y de la ofrenda de culpa (Asham)

103. Éxodo 30:7 Quemar el incienso

104. Éxodo 30:9 No quemar incienso o ofrendar sacrificios en el Altar de Oro (Mizbéaj Hazahav)

TETSAVE

EXODUS XXVII:20-XXX:10

THE DEPENDENCY OF THE COLLECTIVE

There is an inaccuracy in the previous chapters about who had to do what in the construction of the Mishkan (Tabernacleand its different elements of the cult. On many occasions, the Torah states Veasita“And thou shalt do,” instructing Moshe (Moses) to take direct charge of crafting an object, as in the case of the wooden slats that pierced the rings of the Aron (ark) to move it. Even the making of the Kaporet, the solid golden lid that rested on the Aron and at the ends of which were the Keruvim, fell to Moses.

The first sentence of our biblical section begins with the instruction: Veata tetsave, “And you (Moshe) shall instruct” the children of Israel to bring him pure olive oil to illuminate the eternal light, located on the other side of the Parochet, the curtain that separated theKodesh HaKodashim, the holiest place in the Mishkan. Much has been said and written about the absence of Moshe’s name in our chapters, which can be attributed to the fact that he is the central figure in the construction and elaboration of the Mishkan, making it unnecessary to name him. In addition, his name does not appear because of the division of the Parshiyot(Torah chapters) that are read weekly, which is not explicitly contemplated in the text of the Torah.

There is a tradition that states that since Moshe at one time said to God Mecheni na misifrecha asher katavta, “erase me from the Book You have written”, when confronted with the possibility of the destruction of the Jewish people, because of those words uttered at that time, his name does not appear in this section.

Indeed, according to another, equally ancient tradition, the Torah was read in a 3-year cycle that was totally different from the 54-section weekly division used today. According to the Chachamim, God had to show a heavenly copy of the Menorah (Candelabrum) because Moshe had difficulty making it. In the case of the copper basin used by the Kohanim, it is clear that Moshe took care of its manufacture. 

It should be noted that the people participated in almost all the construction of the Mishkan and its furnishings. And for this reason, perhaps, Moshe’s name does not appear, so as not to identify his person with the work exclusively. The Mishkan was the product of the effortsof Benei Israel, the collective that came out of Egypt and now found its spiritual destiny, affirmed the existence of only one God, whose earthly presence was symbolized by the Mishkan.

Moreover, the Chachamim, wary of possible misinterpretations, declared that God did not dwell in the compound of the Mishkan but amid the people. This is how they interpreted the verse Veasú Li Mishkaveshachanti betocham, “They will make me a Tabernacle and I will reside among them.” A fundamental principle comes to the fore. Whereas in Egypt the cult was in the exclusive hands of the priesthood, which jealously guarded the secret of how to preserve the body of a deceased person, in Judaism all the details of the sacrifices to be performed by the Kohanim are exhibited. In the case of the construction of the sacred precinct and its belongings, the entire people, men and women, had a direct participation in its elaboration. 

The foregoing is a further demonstration of a characteristic of Judaism that imposes the observance of the Law on all its members. Although during the existence of the Mishkan and the later Beit HaMikdashthe tribe of Levi had particular obligations, today there is no different obligation for a religious leader. The whole people, without distinction, must live according to the letter and spirit of the Law.

Judaism never depended on the fate of its leadership. Each person may lead the prayer and read  the Torahpublicly, after the indispensable preparation to do so. No title or legal or religious personality is required to conduct worship. That is why, despite the persecutions and massacres perpetrated for centuries, Judaism was able to regain its course and destiny, which are a function of its faith in God and the possibility of deepening the teachings of the Torah.

MITZVAH: ORDINANCE OF THE TORAH IN THIS PARSHA

CONTAINS 4 POSITIVE MITSVOT AND 3 PROHIBITIONS

98. Exodus 27:20 Preparing the Menorah Lampstands.  

99. Exodus 27:41 The Kohanim (priests) owe special garments.

100. Exodus 28:28 The breastplate (Joshenmust not be separated from the apron (Ephod).

101. Exodus 28:32 Do not tear the apron (Ephod).

102. Exodus 29:33 Eating the meat of the atonement offering (chatath) and the guilt offering (Asham)

103. Exodus 30:7 Burning the Incense

104. Exodus 30:9 Do not burn incense or offer sacrifices on the Golden Altar (Mizbaach Hazahav)

TERUMÁ

ÉXODO XXV:1-XXVII:19

EL ENCADENAMIENTO CON EL MONTE SINAÍ

Como es sabido, el episodio del otorgamiento de los Diez Mandamientos, mejor dicho, las Diez Palabras, término utilizado por el texto bíblico, es seguido por la elaboración de un Éguel Hazahav, el becerro de oro que fue identificado como el Dios del pueblo hebreo o, tal vez, como el sustituto de Moshé, quien no había retornado del monte Sinaí y de quien se asumió que había desaparecido o muerto.

La epifanía que ocurrió en el monte Sinaí está envuelta en el misterio. La revelación divina, la comunicación directa de Dios con el pueblo, es un evento que no permite el análisis usual porque reta los cánones de la experiencia. El evento no tiene fecha ni es motivo de una celebración especial en la Torá. En una época posterior, el Talmud asociará esta revelación con la celebración de Shavuot, festividad que tiene un significado agrícola, al igual que las otras 2 festividades que juntos componen los Shalosh RegalimPésaj y Sucot.

En efecto, en el Talmud hay una discusión acerca de la fecha exacta de Shavuot y no todos están de acuerdo con la aceptada, que es el 6 de Siván. Incluso, la respuesta de los hebreos, “Naasé venishmá”, su disposición de “cumplir aun antes de escuchar”, implica que era un evento singular. De acuerdo con el Midrash, Dios elevó la montaña por encima del pueblo hebreo y les advirtió que dejaría caer el Sinaí sobre sus cabezas si no se comprometían con el cumplimiento de lo que está escrito en la Torá.

Por muchas razones adicionales, la revelación en el monte Sinaí es el evento que calificará y definirá la naturaleza de los hebreos por todos los tiempos. No obstante, se debe tomar conciencia de que la revelación fue temporal, se realizó en cierta fecha del calendario y seguramente fue seguida por un período de desánimo, porque el éxtasis no puede ser sostenido en el tiempo con la misma intensidad.

El monte Sinaí exigía una secuela, una evolución del culto, porque se tenía que responder a cómo se podía mantener viva la comunicación con el Creador. La respuesta es la construcción del Mishkán, el Tabernáculo que fue erigido en el desierto y que acompañó al pueblo hebreo durante su larga travesía, y que luego sirvió de modelo para el Beit HaMikdash construido por el rey Shelomó.

No se debe ignorar el argumento de que el Mishkán fue una respuesta al Éguel Hazahav. O sea, el pueblo necesitaba un elemento concreto para su culto. La noción de un Ser Supremo invisible a los ojos, incomprensible para el intelecto del hombre, que en numerosas ocasiones no comprendía la Justicia Divina, produjo el mandato de la construcción del Mishkán, de tal manera de que el Mishkán viene a ser una concesión para el hombre que no puede conceptuar un Ser Supremo irrepresentable en el mundo físico.

Sin negar la validez de este argumento que ofrece una explicación puntual del Mishkán, nos inclinamos más bien por el sentido de la primera conjetura, que ofrece una razón de fondo y esencia. El evento en el Sinaí, que era irrepetible y exigía un encadenamiento, era una vía para una continua y fluída comunicación con Dios, el culto diario y constante que ofrecerá un canal para la expresión de la relación del hombre con su Dios. La ofrenda del sacrificio que se hará en el Beit HaMikdash será el vehículo que forjará un puente con Dios, elemento que después de la destrucción del Beit HaMikdash se manifiesta por medio de la oración, la Tefilá diaria y constante.

¿Debería reconstruirse el Beit HaMikdash? Este deseo forma parte de las oraciones diarias en las cuales lo solicitamos. Sin embargo, el hombre contemporáneo no puede asimilar fácilmente la noción de un culto a Dios que se expresa por medio del sacrificio animal. Cuando esta interrogante fue planteada ante el Rav HaRashí Kook de Israel, él opinó que la reconstrucción del Beit HaMikdash necesitaba una intervención Divina directa. Existían tantos obstáculos invencibles que sin la ayuda de Dios no se podría erigir un nuevo Beit HaMikdash en el único sitio apropiado para ello, que ahora es ocupado por una mezquita. 

De acuerdo con Kook, el mismo Dios que facilitará el tercer Beit HaMikdash, simultáneamente nos iluminará de tal manera que nuestra mente contemporánea podrá entender el significado de los sacrificios, los Korbanot para nuestra generación y las del futuro.

MITSVÁ: ORDENANZA DE LA TORÁ EN ESTA PARASHÁ

CONTIENE 2 MITSVOT POSITIVAS Y 1 PROHIBICIÓN

95. Éxodo 25:8 Construir el Beit HaMikdash (Templo Sagrado)

96. Éxodo 25:15 No quitar las varas del Arca

97. Éxodo 25:30 Arreglar el pan de la proposición (léjemhapanim) y el incienso

TERUMÁ

ÉXODO XXV:1-XXVII:19

EL ENCADENAMIENTO CON EL MONTE SINAÍ

Como es sabido, el episodio del otorgamiento de los Diez Mandamientos, mejor dicho, las Diez Palabras, término utilizado por el texto bíblico, es seguido por la elaboración de un Éguel Hazahav, el becerro de oro que fue identificado como el Dios del pueblo hebreo o, tal vez, como el sustituto de Moshé, quien no había retornado del monte Sinaí y de quien se asumió que había desaparecido o muerto.

La epifanía que ocurrió en el monte Sinaí está envuelta en el misterio. La revelación divina, la comunicación directa de Dios con el pueblo, es un evento que no permite el análisis usual porque reta los cánones de la experiencia. El evento no tiene fecha ni es motivo de una celebración especial en la Torá. En una época posterior, el Talmud asociará esta revelación con la celebración de Shavuot, festividad que tiene un significado agrícola, al igual que las otras 2 festividades que juntos componen los Shalosh RegalimPésaj y Sucot.

En efecto, en el Talmud hay una discusión acerca de la fecha exacta de Shavuot y no todos están de acuerdo con la aceptada, que es el 6 de Siván. Incluso, la respuesta de los hebreos, “Naasé venishmá”, su disposición de “cumplir aun antes de escuchar”, implica que era un evento singular. De acuerdo con el Midrash, Dios elevó la montaña por encima del pueblo hebreo y les advirtió que dejaría caer el Sinaí sobre sus cabezas si no se comprometían con el cumplimiento de lo que está escrito en la Torá.

Por muchas razones adicionales, la revelación en el monte Sinaí es el evento que calificará y definirá la naturaleza de los hebreos por todos los tiempos. No obstante, se debe tomar conciencia de que la revelación fue temporal, se realizó en cierta fecha del calendario y seguramente fue seguida por un período de desánimo, porque el éxtasis no puede ser sostenido en el tiempo con la misma intensidad.

El monte Sinaí exigía una secuela, una evolución del culto, porque se tenía que responder a cómo se podía mantener viva la comunicación con el Creador. La respuesta es la construcción del Mishkán, el Tabernáculo que fue erigido en el desierto y que acompañó al pueblo hebreo durante su larga travesía, y que luego sirvió de modelo para el Beit HaMikdash construido por el rey Shelomó.

No se debe ignorar el argumento de que el Mishkán fue una respuesta al Éguel Hazahav. O sea, el pueblo necesitaba un elemento concreto para su culto. La noción de un Ser Supremo invisible a los ojos, incomprensible para el intelecto del hombre, que en numerosas ocasiones no comprendía la Justicia Divina, produjo el mandato de la construcción del Mishkán, de tal manera de que el Mishkán viene a ser una concesión para el hombre que no puede conceptuar un Ser Supremo irrepresentable en el mundo físico.

Sin negar la validez de este argumento que ofrece una explicación puntual del Mishkán, nos inclinamos más bien por el sentido de la primera conjetura, que ofrece una razón de fondo y esencia. El evento en el Sinaí, que era irrepetible y exigía un encadenamiento, era una vía para una continua y fluída comunicación con Dios, el culto diario y constante que ofrecerá un canal para la expresión de la relación del hombre con su Dios. La ofrenda del sacrificio que se hará en el Beit HaMikdash será el vehículo que forjará un puente con Dios, elemento que después de la destrucción del Beit HaMikdash se manifiesta por medio de la oración, la Tefilá diaria y constante.

¿Debería reconstruirse el Beit HaMikdash? Este deseo forma parte de las oraciones diarias en las cuales lo solicitamos. Sin embargo, el hombre contemporáneo no puede asimilar fácilmente la noción de un culto a Dios que se expresa por medio del sacrificio animal. Cuando esta interrogante fue planteada ante el Rav HaRashí Kook de Israel, él opinó que la reconstrucción del Beit HaMikdash necesitaba una intervención Divina directa. Existían tantos obstáculos invencibles que sin la ayuda de Dios no se podría erigir un nuevo Beit HaMikdash en el único sitio apropiado para ello, que ahora es ocupado por una mezquita. 

De acuerdo con Kook, el mismo Dios que facilitará el tercer Beit HaMikdash, simultáneamente nos iluminará de tal manera que nuestra mente contemporánea podrá entender el significado de los sacrificios, los Korbanot para nuestra generación y las del futuro.

MITSVÁ: ORDENANZA DE LA TORÁ EN ESTA PARASHÁ

CONTIENE 2 MITSVOT POSITIVAS Y 1 PROHIBICIÓN

95. Éxodo 25:8 Construir el Beit HaMikdash (Templo Sagrado)

96. Éxodo 25:15 No quitar las varas del Arca

97. Éxodo 25:30 Arreglar el pan de la proposición (léjemhapanim) y el incienso