ATRIBUTOS DE MOISÉS

Parashá Bo

Dios le asegura a Moshé que el faraón tiene un corazón “endurecido” y, por lo tanto, no permitirá el éxodo de los hebreos del país. Este hecho a su vez, permitirá que se azote a Egipto con las plagas en una clara demostración de la superioridad del Dios de los hebreos por encima de las deidades egipcias. Además, la extraordinaria demostración del poderío de Dios servirá para asegurar a los hebreos que no deben temer a sus capataces, porque no obstante el desarrollo de la cultura egipcia, Dios es realmente quien guía el destino de la Humanidad y con el éxodo instruirá, incluso a las generaciones futuras, acerca de la perversidad de la esclavitud, del yugo que un pueblo impone sobre otro.

Los patriarcas fueron los antepasados del pueblo hebreo, pero quien asumió la responsabilidad mayor de formar la nación y dejó estampada por siempre su personalidad sobre este pueblo fue Moshé, el célebre legislador y libertador. Los hechos históricos más contundentes fueron el éxodo de Egipto, la entrega de la Torá en el monte Sinaí y la conquista de la Tierra Prometida. Moshé protagonizó los primeros dos episodios y sentó las bases para el tercero de ellos.

¿Cuáles fueron las características de la personalidad de Moshé? La Torá sólo relata un par de episodios de sus años formativos. Resalta el denominador común de su preocupación por la suerte del prójimo, especialmente por el débil, y una reacción visceral frente a la injusticia. Estas características se manifiestan cuando mata al capataz egipcio que golpeaba despiadadamente al esclavo hebreo, sin tomar en cuenta las posibles consecuencias sobre su persona. Defiende a unas jóvenes pastoras que desean conseguir agua para sus rebaños. ¿Dónde aprendió estas cualidades: la solidaridad con el perseguido y el compromiso ineludible con la justicia?

Aunque Moshé fue amamantado por su madre (gracias a la intervención de su hermana Miryam), la hija del faraón lo crió, fue su madre adoptiva. En el palacio del faraón aprendió a actuar y, tal vez, a pensar desde un prisma real, porque recibió la educación de un príncipe. Sin embargo, cuando salió del palacio para indagar la suerte de los hebreos, no privó en él la tipología de la nobleza real que suele permanecer imperturbable frente al sufrimiento ajeno; al contrario, la nobleza de su carácter lo condujo a arriesgar su seguridad personal en el palacio cuando sintió que era menester rescatar a una víctima hebrea.

Moshé demostró que se requiere de al menos tres elementos para el liderazgo: visión, pasión y compasión. El compromiso del líder con los valores no puede ser tibio, de medias tintas. Su actuación debe estar acompañada por la firmeza de su decisión. El líder debe actuar con entrega total, con pasión.

En el episodio del S’né, la zarza ardiente del desierto que no se consumía, Moshé se negó en un principio a cumplir la tarea que Dios le quiso imponer, porque no creía estar preparado para la misión, consideró que no poseía las cualidades indispensables para el liderazgo. Cuán diferente es el ambiente actual, donde se enseña a tener excesiva confianza en las habilidades personales. Moshé demuestra modestia, porque sabe que el liderazgo es el resultado de la confianza que otros deben depositar sobre la persona. Los jasidim son quienes convierten al letrado en su Rebe. Incluso en los momentos de mayor dificultad, frente a la negativa del faraón, quien impuso mayores limitaciones sobre los esclavos hebreos, al exigirles el mismo número de ladrillos sin ofrecer los insumos que anteriormente otorgaba, no obstante las diferentes rebeliones por el descontento del pueblo hebreo durante la larga travesía por el desierto, Moshé siempre vio con claridad cuál era la misión del pueblo, su visión nunca quedó nublada.

De acuerdo con la visión de Moshé, el objetivo se centró en el bienestar del sufrido pueblo hebreo. Probablemente desatendió su propia familia porque sus hijos no figuran luego en el desarrollo de los eventos. Todo su desempeño se dirigió a resolver los problemas del colectivo, su pueblo. La visión para actuar estaba enmarcada en la pasión, que a su vez estuvo acompañada por la compasión y la solidaridad con el prójimo.